Subidos en el coche comenzaron a mirar si había algún sitio por donde salir, los coches de la policía estaban bloqueando las calles, pero ellos no tenían pensado quedarse y esperar a la policía.
— Venga, arranca — dijo Paul.
Clark arrancó y miró a ver si encontraba salida alguna, visualizó una salida entre dos coches de policía, un poco estrecha pero era una salida.
El coche empezó a coger velocidad y faltaban pocos metros para llegar a los dos coches. Al llegar, uno de los coches de policía salió volando 4 metros. La policía empezó a disparar sin éxito alguno. Mientras las balas intentaban dañar la furgoneta, nuestros amigos buscaban una pequeña calle para escapar y poder ponerse a salvo. Dos quilómetros después, se metieron en un pequeño barrio con muchas callejuelas y pusieron rumbo a su piso.
— Hemos estado cerca — comentó Jim.
Paul le miró con el entrecejo fruncido y le dijo:
— ¡Por tu culpa, Jim! ¿A quién se le ocurre empezar a disparar a personas inocentes?
— No quería que nos pillase la policía.
— Lo que pasa, Jim, es que te gusta mucho pegar disparos como si esto fuese una película de acción y dije que no quería violencia ¡Joder! No es tan difícil: entramos cogemos el dinero y nos vamos sin víctimas. Este ha sido el último trabajo, yo lo dejo no quiero pasarme la vida entera en prisión.
— Recuerda el trato, Paul: no puedes irte ¿o es que quieres jugarte la vida?
En ese momento Paul empezó a pensar y se acordó de que sus manos estaban atadas por un largo tiempo a la delincuencia, algo que a él no le hacía mucha gracia.
Llegaron a casa, estaban hablando de lo mal que se había dado el día, sonó la puerta y Clark fue a abrir.
Una silueta delgada de estatura media esperaba en la puerta. Tenía barba de tres días y sus gafas de sol escondían sus ojos. Vestía un pantalón vaquero y una camisa de cuadros.
— Hola Clark ¿Cómo estás? ¿Qué tal se dio hoy?
— Hola Chango, estoy genial. Hemos tenido algunas complicaciones. Pasa, estábamos hablando.
Entró decidido hacia el salón y saludó a todos.
— Chango, ven. Hoy no hemos podido conseguir nada, la policía ha sido más lista que nosotros — le comentó Jim.
Chango miró a Paul y vio que estaba pensativo, a lo que dijo:
— ¿Ocurre algo, Paul?
Sin darle tiempo a contestar a Paul, Jim exclamó:
— Tiene que hablar contigo, parece ser que algunas dudas asaltan su cabeza…
— Pues nada, vamos a la cocina Paul, a ver que me tienes que contar… y luego hablaremos todos juntos y me explicaréis, poco a poco, cuáles han sido los problemas de hoy, y espero que la poli no os haya seguido hasta aquí.
8 comentarios:
tío, me mola bastante tu historia.
en breves pondré una pagina con enlaces a las entradas para que quede ordenadito o algo asín.
(y cuidado con la ortografía :P)
Tantas tengo???
pues la verdad que sip jeje
La próxima vez lo mirare todo bien
Unas cuantas sí, pero al menos no son muy graves, jeje!! Mola :)
Está muy bien, mola mucho, Borja, pon un enlace que se una a la etiqueta relatos para que quede ordenadito y bien.
estamos.. ¡trabajando en ello...!
ya está: todo organizado y listo para nuestros lectores, aunque con el tiempo cambiaremos la imagen provisional del enlace y la página la intentaré adecentar más...
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