Lo que se pudo ver anoche en el Círculo de Arte de Toledo
fue una clase de cómo se debe dar un concierto.
Con un poco de retraso salieron a escena Pez Brujo,
desprendían folk por cada poro de su piel , con tan solo 20 minutos nos
demostraron que tienen mucho que decir, fue un buen entrante.
A los pocos minutos Olivenza se descubrió detrás de los
focos con su folk fusionado, regalándonos unas bonitas composiciones y la
agradable voz de su cantante femenina.No tuvieron tampoco mucho tiempo para poder actuar, pero más
de uno se quedo prendado de este grupo.
A las ponía sus pies en el escenario sin nada más que su
acústica como única amiga Jairo, frontman de Depedro, era el plato principal de
la noche y nos dejo un sabor dulce y con ganas de verlo otra vez por tierras
Toledanas.
Con su guitarra asentó las bases para un buen concierto y
comenzó con “De cómo empezamos”, a esta la siguieron “All The Way To The
Ground”, “¿Qué habéis hecho? Y “Hombre bueno”, tres canciones de su último gran disco.
Con la gente todavía aplaudiendo comenzaron con una “Nubes
de Papel” mucho más potente que la del disco y haciendo malabares con la
canción dio su minuto de protagonismo al público al final coreando el tema.
Jairo y todo su grupo se lo pasan genial encima de un escenario y se puede ver
y sentir, no deja de moverse por muy pequeño que sea el sitio en el que esta,
picando a las masas para que canten, salten y bailen.
Con “Te sigo soñando” y “Una vez más” la voz del público
intentaba sobresalir por momentos por en encima del grupo. Cambiando de
instrumentos se puso enfrente del piano para interpretar “Ella Sabia”, un
silencio sepulcral inundo la sala para poner los 5 sentidos a este tema.
Relajo a las fieras con “Eternamente” y al poco nos dijo que
esto se estaba acabando y con la alegría
que transmite “La Llorona” desaparecieron un par de minutos.
“Diciembre” fue la primera de las dos canciones que sonarían
en este breve bis, volvió a demostrar su cercanía y dejo al público acompañarle
en el tema y esta vez si, las voces de la gente taparon el sonido de su
guitarra. Se nos quedo mirando por un momento sonrió y dijo: ¡Os sabéis todas
las canciones!, y se despidió con la cumbia de “El Pescador” en la que animo a
bailar agarraditos.
Que noche tan especial de la mano del grupo al completo, una
hora y veinte que se paso volando, amena, entretenida, divertida y un saber
estar en el escenario con unos artistas increíbles que hicieron vibrar esta
antigua iglesia y todos los que estábamos allí. Seguro que este será uno de los
mejores conciertos del año.
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